Hoy concluye un período que jamás podía haber imaginado. Hace tiempo, con 18 años, mis notas (siempre muy raspadas) dictaminaban que no era persona para continuar los estudios tras la educación secundaria obligatoria (E.S.O.), por eso me decanté por hacer un ciclo formativo (lógicamente de grado medio, que es lo que permitía mi escasa formación) relacionado con lo que realmente me gustaba, los ordenadores.
Fruto de ese ciclo pude formar parte del mundo laboral, del cual (en este caso) tengo un recuerdo bastante bonito y que siempre estará dentro de mí. Tras dos años ejerciendo de informático, la famosa crisis que hoy azota a todos los sectores, llegó a mi vida para separarme de un hermoso sueño y sobre todo para hacerme poner los pies en la tierra.
Tras una serie de trabajos bastantes duros que apenas te dejaban disfrutar de la vida, ya que vivía para trabajar, decidí retirarme del mundo laboral para darme un respiro sacándome otro ciclo mucho más especializado en los ordenadores (aunque también de grado medio debido a mi formación), ya que el otro ciclo era más enfocado a la electrónica. En este ciclo conocí a personas maravillosas, pero lo que realmente me sorprendió es lo que me habían hecho madurar las experiencias anteriores, hasta tal punto que conseguí la mejor nota de mi graduación (cerca de un 9).
Algo dentro de mi cabeza había cambiado y pensé… “¿Y si es el momento de que pruebe retos mayores, como por ejemplo Bachillerato?”. El reto era duro, tras 7 años después de mi paso por la E.S.O., volver a dar asignaturas como Inglés, Francés, Matemáticas, Química… entre otras, era un reto realmente complicado, pero yo partía con una ventaja, tenía la ilusión y las ganas de superarme.
Hoy, dos años después de esa decisión, he conseguido aprobar Bachillerato en el mínimo tiempo posible (2 años) y mi nota media de Bachillerato es un 9, justo la nota que prueba mi enorme esfuerzo, dedicación, sacrificio e ilusión por ser aún mejor.
Si estás leyendo esto y es día 14 o 15 de junio en un horario comprendido entre las 8:00 y las 14:00 de la mañana, tienes que saber que estoy haciendo mis exámenes de Selectividad, como podrás ver algo impensable leyendo las primeras líneas de este comentario.
Llegados a este punto puede que apruebe o que suspenda, que saque la mejor nota de todas o la peor, podré tener suerte o no, pero lo que seguro no dudarás es que me he preparado todo lo fuertemente posible para estos 4 exámenes a los que en estos días me presento.
¿Por qué te he contado toda esta historia? Todo esto surge de mi deseo de compartir mi experiencia y servir de ejemplo para aquellos que creen tener alguna barrera que les impide avanzar en la vida. Creo que no existe barrera, sino personas que deciden no superarla, personas que deciden sentarse mirando ese muro que con el paso de los años sin lugar a dudas se hace mucho más grande y mucho más difícil de superar, pero ¡OJO! No imposible.
Por eso finalizaré este comentario con una frase del señor Emerson, que dice así: “Nunca se ha logrado nada sin entusiasmo”. Así que ya sabes, suerte y al toro.
Enhorabuena Luis, espero que las ganas de llegar a la perfección te hagan seguir mejorando en los aspectos de la vida que veas adecuados, ánimo y suerte con los examnes.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Aranda, espero finalizar este artículo con una buena noticia, pronto lo sabremos jejeje.
ResponderEliminarQué razón tienes!! Te felicito por haber conseguido tu meta. En el insti siempre salen muchas cosas tuyas
ResponderEliminarGracias tio. Si? pues no se que cosas salen la verdad... solo se que gane un premio de aforismos por lo demas no tengo ni idea.
ResponderEliminarFinalmente, he conseguido, tras mucho esfuerzo, un 8.5 en Selectividad, todo es posible, Animo.
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