Si has llegado hasta aquí, espero que tu situación sea completamente diferente a la mía. Momentos como este son en los que me alegro de haber aprendido a escribir, pues solo de esta forma puedo abstraerme de sus gruñidos y golpes contra el escaparate.
Si eres un superviviente y desconoces como se llegó a esta situación, intentaré dejarte en este mensaje la información que pudimos recibir en todo el mundo, el día que comenzó todo.
La crisis económica se extendió por todo el globo. Las primeras medidas adoptadas por los gobiernos fueron los recortes y la reducción de los beneficios que habíamos podido disfrutar los ciudadanos años atrás. Pero estábamos inmersos en una situación realmente complicada y en la que nunca antes habíamos estado. Por eso, los gobiernos comenzaron a buscar ideas con las que obligar a los ciudadanos a gastar, para activar nuevamente la economía.
Por lo que sabemos, los gobiernos más poderosos del mundo reunieron al grupo científico más selecto de aquel momento y trataron de buscar un virus que nos hicieran contraer los síntomas de la gripe, aunque mucho más agudos y duraderos.
De esta manera, todos y cada uno de los habitantes del planeta, estaríamos obligados a comprar una vacuna o medicamento, dinero que serviría para investigar la mejora de este virus y poder entrar así en un bucle que diera dinero a los Estados y que a su vez ayudará a sanear la situación de las Bolsas.
Pero algo salió mal, el Virus EA (Economic Activation) mutó en una nueva cepa que llevaba al ser humano a la muerte. Segundos más tarde el organismo volvía a activarse, pero el huésped ya solo disponía del sentido de supervivencia que le hacía buscar única y exclusivamente la manera de alimentarse. El cuerpo pasaba a un deterioro progresivo tanto en sus funciones, como en su color y aspecto. Estas personas infectadas es a las que llamamos “Zombis” por su similitud con dichos personajes de ficción, aunque aquellos que muestran más respeto por lo que antes fueron, los denominan “Caminantes”.
Todos tarde o temprano contraemos la enfermedad, no hay nadie inmune. Pero algunas personas no llegan a desarrollarla en su plenitud y el organismo tiene el tiempo suficiente para crear anticuerpos. No sé si esto es realmente una suerte o una verdadera desgracia, ya que el que pasa ese momento sabe que va a vivir en un mundo en el que él es la presa y si no lo pasas, lo que te espera es que un familiar o amigo acabe contigo asestándote un golpe mortal en la cabeza (con suerte).
Así he vivido yo durante mucho tiempo en Bujalance un pueblo de Córdoba. Allí vivíamos con unas vallas que protegían al pueblo de cualquier asedio zombi, como una gran familia. Todos teníamos una función que desempeñar y estábamos perfectamente organizados, pero tenía que volver a Córdoba, pues tenía la esperanza de que mi familia siguiera viva y pudiera llevarlos conmigo a un sitio mejor.
Aunque Córdoba no es una ciudad grande como Madrid o Barcelona donde podría haber cientos de miles de Zombis por las calles, no deja de ser peligroso. Armado y con un coche emprendí el viaje.
Ahora me encuentro aquí encerrado, en un establecimiento de congelados de mi antiguo barrio "La Nevera", en el que pude entrar gracias a que la puerta se encontraba abierta, justo cuando una gran cantidad de estos monstruos me habían rodeado.
Me gustaría acabar diciendo que morí por falta de comida o de agua, pero ya sé cuál será mi final. Un centenar de Zombis se agolpan en la puerta y en el escaparate. Los cristales no aguantarán mucho más. Lo más horrible es ver sus caras pues no solo están mis amigos y mis antiguos vecinos, sino que además están aquellos por los que vine hasta aquí, mi familia.
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